26 de junio de 2007

pasajeros al tren

Los viajes en tren pueden llegar a parecer infinitos. Sentado al lado de un pestilente obrero no pasan los minutos, cuando mis ojos encuentran unos labios rojos, se inflaman mi pasión y el tiempo se para, cuando un punky me mira inquisitivo el miedo me paraliza y mirando a aquella pareja de viejecitos, uno cree en la eternidad. Fue entonces, instantes antes de bajarme en mi parada, justo entonces, rodeado de ojos, tachuelas, bastones i olores, cuando cobro sentido, en toda su dualidad el echo de que todo es pasajero en un tren.