16 de enero de 2007

Poseí a Marylin Monroe

Voy en el metro, sentadita y sin pensar ni dejar de pensar en nada, y de golpe me sorprendo a mi misma susurrándome "que yo no soy Marylin Monroe", y os lo juro que no tengo ni la más remota idea de porqué me pasa esta absurda frase por la cabeza, pero levanto el rostro y veo que todos los que están a mi alrededor me observan, los chicos están aparentemente turbados y entrecierran los ojos como intentando controlar no sé qué, y veo que aprietan desconsolados los labios. Ya las chicas han estirado la espalda como por acto reflejo, sentándose más rectas, entrefrunciendo el cejo, calculándome. Les sonrío a todos, exclamando "que yo no soy Marylin Monroe", y al dirigirles mi sonrisa y mi mirada ya se nota un balanceo general en el metro, las mandíbulas de los hombres se cierran aún más ferozmente, todos se aferran desesperados a sus asientos, observo que están forzando agresivamente cada uno de los músculos de sus manos para no abalanzarse sobre mi cuerpo, humillados no se atreverían por nada en el mundo pues entienden que soy demasiado para ellos, demasiado para ser tocada por sus humildes manos. Ahí están ellos, delante de mi, mirándome como nunca lo había hecho nadie antes, entiendo que desean todo mi cuerpo, todo, deseo a la máxima potencia, ahí, adorándome por completo, y las mujeres, desahuciadas, comprenden que nunca jamás podrán igualarme (¡ja!), y se inclinan servilmente delante de mi esencia glamurosa, de mi todo, entregándose también por completo. Y yo abrumada insisto "pero si yo no soy Marylin Monroe", pero yo misma ya empiezo a aturdirme ante mi propia esencia, ya se despierta mi halo bisexual pero con mi propio ser, con mis propias brillantes hormonas, las cuales fluyen como agua de rosa impregnándolo todo, autoempapándome, y entonces es cuando una excitación bárbara va apoderándose de mi ser y va bloqueando felinamente todo lo racional de mi cerebro, "que yo no soy Marylin Monroe" me susurro desde el último recoveco de mi conciencia, el último en todo el vagón que resistía pero que ya va siendo inutilizado por tanta feminidad, sexapil y belleza... Y es que todos están extasiados, exhaustos de tanta pasión, ni siquiera yo no soporto tenerme tan cerca, tenerme, ¡a mi!, y de golpe me doy cuenta de que sí puedo tenerme, yo sí, y compadezco a todos los otros seres que me desean con esta brutal pasión. Pobres desgraciados, nunca podrán poseerme, qué poder el mío, porque yo, yo, yo sí. Y además conozco cada uno de los secretos de mi cuerpo. Poblesec. Mi parada. Me levanto, esplendida. Lo sé: Dentro de poco, en mi propio pisito, poseeré a la mismísima Marylin Monroe como nunca antes nadie lo ha hecho.

2 comentarios:

prefierobollitos dijo...

mmmmmmmm... m' encanta... molt excitant!

Anónimo dijo...

Menos mal que no leí esto antes de soñar contigo... Esteee..., ¿qué tal con Marylin? ¿Bien?