27 de diciembre de 2005

no exagero nada

escribi una buena nota de ayuda, una que explicase mi situación, mi posición, mi estado. Cogí la mejor de mis palomas mensajeras y anille el auxilio a su pata. Lo hize solo por precaución. Por que tenia la sensación de que estaba cayendo en una tela de araña urdida con cierta alevosia, aunque realmente no sabia nada. En todo caso no me iban a pillar. No a mi. Yo llevaba las espaldas cubiertas. La paloma se acomodo en mi hombro y recorrimos una vez más aquel camino en espiral que conducia inexorablemente hasta tu casa. llegue como he llegado mil veces, me atraistes zalamera, contoneandonos con los movimientos ya aprendidos de tu cuerpo y por alguna razón quise escapar. Di el orden preciso a la paloma mensajera, pero no se movio. solo entonces comprendi que todo estaba perdido. o que todo estaba bien. o que me quedaria aquí, con tigo, el resto de mi vida. Lo comprendi por que las palomas mensajeras siempre vueven a casa. siempre. a no ser que ya esten en casa.

19 de diciembre de 2005

Silenci

El Silenci, últimament està poc valorat. Sembla que tothom es creu amb la llibertat de robar-nos el Silenci quan i on vulgui. Els sorolls dels cotxes, motos, autobusos pel carrer; les musiquetes horribles dels mòbils; les converses cridaneres al tren; aquell experiment mutant que és el Canalmetro...
Potser és que som pocs que valorem això, el Silenci. Encara que des del meu punt de vista és un patrimoni de tots. No ho entenc, ningú té la necessitat de la calma que produeixen uns moments de Silenci??? O potser tenim la necessitat de crear sorolls constantment per no haver de sentir les veus interiors que són tan emprenyadores...
Silenci, Silenci, Silenci... Només vull sentir això, Silenci! Hi ha frases tan boniques que ens parlen del silenci: "El Silenci també és una opinió a vegades...". O endevinalles: "Si m'anomenes desapareixo". I quan en una conversa en grup de cop es produeix el Silenci, algú diu: "Ha passat un àngel". Un àngel!!, quin símbol de tranquil·litat, bondat, calma, salvació...
Potser d'aquí a uns anys s'hauran de crear zones de Silenci com ara es creen zones per a fumadors. Llocs tancats, insonoritzats per a poder gaudir d'aquest bé tan escàs. Ni crits, ni músiques de mòbils, ni pitades de cotxe... Només Silenci

12 de diciembre de 2005

otro cuentito

(otro ejercició rescatado de portaviones y tomates)

Teniamos más agua encima nuestro que debajo, y eso que estabamos en un
portaviones flotando en medio del oceano pacifico. Llevava ya siete
dias diluviando, los chicos estavan nerviosos. Cuando no se puede
salir de maniobras se come más, se juega más y se pelea más. El
capitan me confeso que la situacion era insostenible, y yo sabia que
casi no quedaban viveres.
No paro de llover, pero ha veces no hace falta solucionar todos los
problemas. Cuando nos enteramos que el "estrella lejana", barco
insignia de la flota militar de mercancias, estaba aqui cerca, supe
que: Uno; nosotros estavamos muy lejos, y Dos; que llevaban
comida fresca. EL capitan me confeso que la situacion estava salvada,
teniamos alimento y lo que más necesitavamos, una distracción.
Una vez acoplados los barcos el decargo fue epico. El navio tan solo
llevaba tomates, al menos eran tres toneladas de tomates que empezamos
a descargar bajo una lluvia torrencial. A mike se le cayo una caja.
Peter lanzo un tomatazo a John y los dos siguientes salieron en
dirección a mi. La testosterona acumulada durante una semana hizo el
resto y la batalla se prolongo entre risas y gritos hasta el
anochecer. Jamas habia visto correr tanto a los soldados, empapados de
rojo pasion, por la pista principal. El capitan tuvo que confesarme que
el tambien habia estado rebolcando a los pilotos por la pista
atomatada.
Dejo de llover. llego la noche y una chicha calma, la cubierta era un
espectaculo de gente dormida lamiendose la mejilla con sabor
acido-dulzon. nadie estaba donde habia de estar y entonces vimos el
submarino enemigo. Debia llevar allí un buen rato, sino no, no lo
habriamos detectado, pues el radar hacia tiempo que tan solo detectava
tres pepitas de tomate. solo yo y Ryan lo sabiamos. No hacia falta
hacer nada, estabamos a su merced, nos podian atomatar cuando
quisieran. Solo se lo comunicamos al capitan, que tuvo que confesar
que teniamos una flor en el culo, por que los japos, al ver una
cubierta de cuerpos pringosos y aviones atomatados debieron pensar ...
nose... algo debieron pensar para dar media vuelta y huir como si
tuvieramos tomatosis. Desde aqui, me permito confesar por escrito que desde
entonces, el miedo sabe a tomate.